EL FINAL DE LA POLÍTICA CATÓLICA y El Conde de Maistre y la ruina de su Ejército, decapitado por la Revolución sobre la colina vaticana. Variaciones sobre un texto de «Unicornio», http://elmatinercarli.blogspot.com/2011/01/joseph-de-maistre-profeta-de-la.html?m=1 .Versión de 24 de Noviembre de 2021.

El Papa era la única cabeza rectora contra la Revolución en el mundo. El último Papa perfectamente tal, Cabeza absoluta, sin concesiones, sin el más mínimo reformismo, fue SS. Gregorio XVI, grandioso. Pío IX que tanto gustó a Balmes, por las reformas políticas innovadoras que hizo en el gobierno cívico de los Estados Pontificios, en la primera etapa papal del Pontífice, empezó a dar la señal del comienzo radical de la vulnerabilidad del Papado, y de dejar de ser perfecta oposición a la entera Revolución incluidos sus matices característicos. León XIII, con Secretario de Estado Cardenal Rampolla, de quien se dice fue masón (no tengo pruebas) permitió que los cattólicos actuaran dentro de las estructuras estatales bajo régimen revolucionario, pero unas siendo más bien naturales administrativas, y otras un mero teatro y escenario a donde los partidos,políticos institucionalizados tomadas ya de antemano sus decisiones secretas y oficiosas «legislativas», promulgaban las mismas ante el público y oficialmente. Para los partidos no gobernantes el parlamento era como un salón de discursos, meramente informativos o testimoniales si no se contaba con mayoría de escaños y votos ; otras estructuras eran plenamente perversas. En instituciones administrativas y testimoniales, según los requisitos que se impusiese a sus participantes, y si no se les exigía como «conditio sine qua non» algo anticristiano, es evidente que, para un católico, para la Iglesia y la gente buena, podía ser lícito intervenir como miembro, de lo contrario no. Hay quien recrimina recesión en favor de la Revolución, a Leon XIII. A mi encender, en lo dado a conocer en la ASS (Actæ Sanctæ Sedis) quiso y dispuso lo mismo que Don Ramón Nocedadl y Romea en su prsgmática de actuación cristiana política profesional, salvo el punto de la consideración, al menos deliberadamente aparente, de legitimidad de posesión del poder político por parte de los gobernantes e instituciones características de la República Francesa, punto que colocaba la pastoral hacia el Estado, llevada por el Papa, fuera de la Tradición ortopráctica católica. El error costó muy caro a la Iglesia, especialmente a la francesa, que hubo de sufrir el el pago que dieron a León XIII, inspirado por Rampolla, y al Clero francés, los gobernantes de la República laicista francesa. Un auténtico descalabro para la acción política católica en Europa. A nivel diplomático, respecto de España, la cosa era mucho peor, puesto que, al prohibir al Partido Integrista y al Carlista, el Cardenal Rampolla, Secretario de Estado, y, hoy día, reputado masón, acusar, confutar y reprobar al partido mestizo medio liberal, por tanto liberal aunque fuese a medias, del funesto Pidal, tomista, y pésimo, de boquilla, se daba alillas al partido que impedía la unión política y de acción política de los católicos españoles. No importa que la prohibición alcanzase a los pidalinos, a los que pertenecía el Catedrático de Filosofía Ortí y Lara, antiguo Carlista del Ejército de Carlos VII, porque actuaban, a favor de éstos, dos factures, a saber: Primeramente se saltaban a la torera la interdicción, provocando, al partido Integrista católico, a la legítima defensa dialéctica; segundo, la Santa Sede reconocía también legitimidad al gobierno intruso liberal gobernante en España. . Pero el primer Papa en ceder, si bien, muy escondidamente, tras los bastidores vaticanos y en su correspondencia con el judío masón, grado 33, Shalomo Henri Truman, el de las dos bombas atómicas sobre sendasciudades, las más pobladas de católicos, en Japón, fue Pío XII, von sus por él excogidos Bea como Cardenal Secretario de Estado, factotum funesto para la Liturgia y Montini otro de la Curia. Pacelli da el Capello Cardenalicio a Roncalli,sospechoso de rosacruz y denunciado por modernismo. Impulsa, tras la mampara vaticana, a la Democracia Cristiana, en vez de propiciar la creación, o engrandecimiento, de un partido netamente católico, Tradicionalista antipatlamentarista y antiliberal, o sea, in movimiento con formalidad de partido, que no profesase que fuese legítimo el plebiscito con concurrencia de partidos no cristianos. Con Roncalli, que asume y ensalza, aunque no específicamente, en documento que da apariencia magisterial, la Declaración Universal de Derechos Humanos, de la viuda del judío sionista Roosevelt, y, finalmente, con Montini, Bugnini, Billot, y luego dos más, con algunas buenas cosas y menos malos (Woytila y Ratzinger), y finalmente todavía más, un tercero, Bergoglio, y su Amoris Lætitia, que barre el sistema y gnoseología ontológicos cristianos y destruye más radicalmente que Montini, los fundamentos del Catolicismo, su Tradición, y su base refractaria a la diabólica Revolución, ésra última, Revolución del Diablo, se enseñorea, con más plenitud que nunca, del campo material que debía ser reivindicado y políticamente defendido, en partidos católicos unificados, canónicopreceptivamente apoyados por el Clero, por la Iglesia Católica.

«La Revolución ha conseguido hacerse amar por aquellos mismos de los cuales es su enemiga mortal«. «La Revolución quiere hacerse amar por aquellos mismos de quienes era su peor enemiga, y esa misma autoridad que la Revolución busca inmolar, la abraza estúpidamente antes de recibir el golpe fatal«.

Entre quieres la abrazan hay dos tipos de secuaces del mal, à saber: Los reformistas que pretenden una mengua de la Tradición teocrática, una renuncia de sus posiciones radicales, renuncia que acerque a una conciliación con el enemigo, para convivir juntos «pacíficamente» en una misma sociedad política ; y una njevaxesjdche monstruosa de seres que pretenden defender, con todos los medios prácticos , hasta los medios más pérfidos, la doctrina de la, Fe Católica y la recta Razón, pero sólo en sus fórmulas teóricas manifiestas, y sus solemnes prácticas rituales externas. Estos últimos profesan secretamente un pragmatismo amoral, inmoral, criminal en la medida qte sea útil a dicho fin.. Más aún, utilizan esa ortodoxia en las manifestaciones oficiales externas, y las solemnes ceremonias exteriores, como disfraz, y como propaganda mendaz, para captar a adeptos y corromper los con esa antimlral anticatólica. La Religión teórica, como carcasa dentro de la qte esconderse seres demoníacos, Religión de ideas y palabras que sirvan de pretexto y excusa, y de escudo protector, bajo las qte esconder dicho diabólico y mundano pragmatismo al servicio del triunfo externo de ideas teóricas católicas y sus palabras, y al servicio del enriquecimiento personal que quieren obtener a través de las donaciones que consigan con esa propaganda, manteniendo en secreto el letal pragmatismo diabólico que ponen criminalmente en práctica. El inspirador y jefe de este nuevo grupo tiene el plan de llegar a ser el soberano Universal «de Jure Divino», el nuevo Papa, qte concibe el Romano Pontificado como Soberanía Universal y omnímoda, también sobre todo poder civil. Papa y Rey absoluto del Universo, utilizando la teoría católica abstracta como justificante, bajo la cuál continuar su práctica sumamente diabólica, y conducir a los Católicos ortodoxos a la esclavitud a ese monstruo de iniquidad. Para los íntimos colaboradores tal exclavitud será consciente y al menos consentida, se les exige que cooperen con ese régimen de maldad y obstinación en el mal, para la perdición eterna, a cambio de un triunfo mundano. A los ignorantes de esa conspiración se los usa como siervos, benefactores, o tributarios, del nuevo tinglado que hacen aparecer como un aparato externo decoroso, digno, el idóneo, el que debe ser y triunfar. Otro Antipapa encubierto más, pero éste cesaropapista. Es virtualmente el Anticristo, si bien hay otros candidatos – con más poder pecuniaria que él, y, por tanto, más posibilidades de ganar, – a ese trono. Y Dios no se resigna a no intervenir, a no ponerle escollos. Y le pone uno, el error, no le da la Fe integra, tampoco la íntegra teoría de la Fe. Y entonces, lo que hay es un heresiarca, o hereje, que se declara católico, pero no lo es. Que sea de cubierto y el pueblo lo sepa, es necesario para frustrar el plan diabólico, e íntimamente farisáico, de esre impostor diabólicamente inmoral, indiciariamente un brazo de la judeomasonería, o Logia bien conocida por su poder material en el mundo. Puede que despotrique contra los judíos, pero eso es una treta más, de hipocresía farísea, de despiste y engaño.

 

Unicornio, «… en camisa ajena» (de expresión técnica popular) .

RESPUESTA AL COMENTARIO DE ANDRÉS :

No,querido Andrés, ha cambiado DE lucha,simplemente y ostensible y ostentosamente ha cambiado de bando, después de haber apostatado unos consciente otros inconscientemente, restando sinembargo dentro del aparato externo de la Iglesia, el cuál ha dejado paulatinamente de serlo, en la medida en que ha ido rellenánfosd de herejes, sobre todo entre el episcopado y prrsbiterado. La masa impostura ha ido enrolsndisd a la Revolución. Se ha trocado la lucha de la Iglesia con sus huestes Traficionalistas, y sus aliados del Fascismo católico, no del heterodoxo, por respectivamente la lucha de la Revolución y los comilitones revolucionarios. Ese diálogo es entre camaradas de un frente común contra la Iglesia coherente y contra sus de un modo u otro defensores o en mucho protectores. No es diálogo entre católicos y enemigos del Catolicismo, sino entre heterodoxos de una u otra especie, pero todos ellos del mismo género: El género revolucionario.

Diseña un sitio como este con WordPress.com
Comenzar