El Padre Ricardo de Perea y González, su nombramiento (por el Jefe Nacional) como Director Espiritual del Movimiento Católico Español y su «Asociacion Juvenil Española» en su sección hispalense, oficio ejercido desde principios de siglo hasta el 2007, la dimisión del cargo presentada y aceptada por el Jefe Nacional, y los verdaderos motivos de ella. Ampliado, enmendado y corregido de algunas erratas el 20 de Noviembre de 2020 y 31 de Marzo de 2022.

«I veri motivi non si dicono mai», me decía el Párroco Personal de la Misión Católica Italiana de Frauenfeld, gran amigo mío entonces (1987-88), refiriéndose a los «motivos oficiales» o aparentes, no reales, que suelen dar los jefes como razones por las que  imponen a alguien alguna sanción, restricción de derechos, remoción de un cargo, retirada de algún título de honor, aceptación de una renuncia oficiosamente imperada por la persona del Jefe, o una dimisión presentada por el luego cesado en su cargo. Así suelen proceder los que, proponiéndose evitar el escándalo, o la deshonra de un subordinado, quieren desembarazarse de éste, por motivos inconfesables;  estos gobernantes echan mano de motivos oficiales del cese, los cuáles resultan meramente aparentes, pero que estos sujetos quieren cómodamente hacer valer para conseguir el fin que desean, quitar de en medio a alguien por motivos oficiosos, u ocultos, no confesados al público, por temor al escándalo, o desprestigio de la institución, ni reconocidos a la víctima, cuando es previsible que, si a ésta se hiciesen patentes, sobre todo oficialmente, los verdaderos motivos de la separación o degradación, se revelaria en contra, recurriría a autoridad superior, podría vencer, o recibir el apoyo poderoso de sus iguales y, tal vez, incluso sus inferiores, creándose, al menos, división interna en la sociedad regida por el Jefe que toma la decisión. Este suele alegar, pués, motivos secundarios, o bien falsos, pero inofensivos y decorosos, o no deshonrosos, sin posible causa de desquite por parte del removido. En no pocas ocasiones éste último está de acuerdo en que aparezcan oficialmente motivos «normales» no infamantes, ni vejatorios, del cese, la remoción, o la no renovación de un cargo renovable habitualmente renovado, de modo que prefiere la oficialidad de motivos inofensivos, aunque no sean los determinantes, o no constituyan los principales. 

No es el caso de la moral y ética  del Ilm°. Señor Jefe Nacional del Movimiento Católico Español, en quien no cabe doblez, ni falsedad, ni engaño. Este hombre honorable, bondadoso, exquisitamenre bienhablado y cortés, hace cuanto la verdad y sinceridad permiten hacer para dejar en buen lugar al que ha de cesar, o dimitir, y para  respetar el buen nombre del subordinado. Cuento, a continuación, cómo Don José Luis usó método semejante al que he definido anteriormente, pero no el mísmo. Los primeros motivos y determinantes, fueron sincera y legítimamente substituidos por otros, tan verdaderos y poderosos como los primeros. 

En 2007 el Jefe Nacional del Movimiento Católico Español, el Ilm°. Señor Don José Luis Corral, publicó, en el periódico «La Nación«, un texto escrito por mí, que previamente le hube remitido. Debajo del artículo publicado puso: AJE, Sevilla. (Cf. https://ricardodeperea.wordpress.com/2014/11/17/articulo-publicado-por-el-jefe-nacional-del-movimiento-catolico-espanol-en-periodico-la-nacionsobre-la-santa-misade-requiem-por-d-joseantonioprimo-de-rivera-el-20-de-noviembre-en-sevilla/  ) , y pocos días después me mandó una carta desde el correo electrónico de la AJE hispalense un anónimo, diciendo hablar en nombre de AJE de Sevilla,  reprochándome haber publicado yo el artículo, y haber sido yo quien ponía, debajo del texto, «AJE Sevilla» . Le respondí que no fui yo, sino nuestro Jefe Nacional. (Además el periódico no solía publicar artículos de desconocidos al personal directivo, o agenos a la Redacción del diario, a la que de hecho pertenecía nuestro Jefe Nacional. Creía  por tanto, yo, que ni a mí, ni a otros, que no teníamos contacto con los gestores de ese periódico, se nos publicaría cosa alguna). A cualquier bienintencionado le hubiese sido suficiente aquella  respuesta, cuya veracidad podía, sin duda, ser confirmada por el propio Don José Luis, una de las mentes más preclaras apologéticas del ideario y régimen del Caudillo.

Sinembargo el reprochador era malintencionado, siguió con su matraca de acusación estúpida y me exigió la dimisión del cargo susodicho. Le pedí se identificase y firmase lo que me escribía, lo cuál no hizo, pero sí osó explayarse, al principio bajo lenguaje de ocultación de sus verdaderos motivos, y después extendiendo su crítica en cuanto pasó a acusarme de inmoral por mi en aquel entonces discreta y suave apología del desnudo humano decente, artístico se entiende, o, por lo menos, como debe entenderse tratándose de mí y mi doctrina al respecto, la cuál he tenido siempre desde antes de tener uso de razón, razonando luego mi doctrina en cuanto lo adquirí. ¡Atención! Se trataba de un nuevo pretexto, no del verdadero motivo o fundamental para atacarme esa pandilla. A pesar de ser un falso motivo, o postizo, es bueno conjure yo el efecto de su contenido material ideologico, lo cuál hago a continuación.

He expuesto argumentadamente, y como el único pensamiento católico en respuesta a la cuestión, desde hace pocos años, con rigor y claridad radicalmente ilustrada, en algunos de mis artículos publicados en varios de mis blogs (Cf., por ejemplo, sólo un ejemplo :  https://ricardodepereablog.wordpress.com/2018/09/10/desnudos-en-este-blog-lema-nude-is-not-porn/  ) que el desnudo de cualesquiera seres vivos, y de los inertes, es lícito contemplarlo, si el sujeto tiene la certeza moral de no estar  –  para cuando llegue el momento de poder contemplar  –  propenso a la libídine naturalmente ilícita o desordenada (concupiscencia). Más aún, incluso estando en dicho peligro, o previéndolo, puede ser deber moral ver un desnudo que ocasione lascivia no deliberada, por ejemplo, cuando un ginecólogo, circunstancial o eventualmente no substituible por otro, haya de remediar profesional y urgentemente  un mal de la mujer que, no obstante ser muy apetitosa al galeno, necesite la asistencia médica precisamente del mísmo.

Sin saber, supongo, de mis facultades heredadas, como dibujante y calígrafo, demostradas en trabajos cuyas fotografías he publicado en uno de mis Blogs [mi último retrato lo hice de Friedrich Nietsche], ese cobarde escondido fue todavía más lejos, atribuyendo (gratuítamente, sin fundamento, ni descripción, ni referencia a hecho alguno mío), a mi enseñanza sobre la casta desnudez humana, la presunta intencionalidad intrínseca de promover ponerse uno desnudo de manera y con intención deshonestas, como si el simple hecho de desvestirse ante terceros fuese acto en sí y de por sí indecente, o pecaminoso. Si todo desvestirse ante otras personas fuera inmoral, habría que acusar de inmoralidad, o indecencia, a todos los modelos que posan desnudos (y uso el dual) ante pintores y escultores estudiantes, o profesionales. Caerían en deshonra hombres honrados y artistas eminentes, hasta mi propio padre, qepd, cuyos dibujos de máxima excelencia de desnudos académicos, a carboncillo, de modelos unos jóvenes, otros ancianos, han conservado, con aprecio, mis progenitores*.

*Reiteradamente he dicho que, desde que yo contaba tan sólo con meses de existencia, he estado mirando la ejecución de retratos, bromóleos y dibujos. Mi Padre me sentaba en su antebrazo izquierdo, y con la mano derecha ejecutaba sus obras. He visto pintar al gran copista sevillano Salas, en la nave o sala principal del Museo de Bellas Artes de Sevilla, antiguamente convento de Mercedarios. Lo ví copiando un cuadro de Murillo, creo que la Virgen de la Servilleta. Desnudos vengo viendo desde niño y desde dentro de un ambiente psicológico estético y artístico. Mi mente está desde entonces configurada lejos de la de los no artistas. Y aprendí, desde mi tierna infancia, con ayuda de mi padre (a mi madre no le quedaba tiempo para ello), yo mismo a ser yo mismo artista. El mundo fuera de la estética vivida desde la persona artista es un mundo exterior a mí, ajeno a mi estructura y dinámica mentales, hacia el que no puedo evitar un vivo desprecio o profunda repugnancia. Incluso un estúpido sacerdotalizado y fascinado por la belleza y por el Arte Barroco, que afirmaba comprender íntimamente mi mentalidad respecto de la Naturaleza destapada, descubierta, manifiesta, tal cual se presenta externamente íntegra a la vista, es, para mí, un extraño, porque no es artista plástico, ni de ningún tipo, ni creador. Afirma haber hecho la carrera de piano, ya es mucho, pero no lo bastante, porque no es compositor, creativo, ni intérprete de primer rango  en que el genio modela, en cierto modo, la ejecución  de la música escrita en la partitura. Como yo mismo no soy lo bastante para un músico, ni un escultor, si bien el escultor entra en nuestro reservado, hermético, mundo psicológico de los artistas plásticos. 

Además quedaría incomprendida parte notoria de la idiosincrasia típica de las personas de raza Aria nórdica oéstica, mayormente ubicadas en Escandinavia, incluida Finlandia (muy nutrida de población de dicha casta), poblaciones en que es muy habitual estar desnudas personas de toda suerte y edad, de smbus sexos, desconocidos entre sí, o amigos, y familias enteras, todos ellos en la sauna, con absoluta honestidad, sin inclinación, apetito activo, preocupación ni tentación  alguna, de lascivia. Es costumbre inmemorial que jóvenes de ambos sexos se bañen desnudos y juntos en el mar o en ríos, hábito paradógicamente caído recientemente en desuso en una sociedad que presume de desinhibida («dime de qué presumes, y te diré de qué careces), mayoritariamente  en Alemania.                                               No me entretuve mucho en refutar aquel apuritanamiento anticatólico del jefecillo de AJE Sevilla, como mínimo en la materia de ese vicio, porque a la sazón los apuritanados que se creen equivocadamente católicos rectos u ortodoxos  no habían agredido ni mi Clerecia, ni a mi Sacerdocio en sí mismos. Mi reacción, en cambio, ha sido recientemente extrema, desde que  algunos han agredido mi estado Clerical y Sacerdocio Ministerial, agresión organizada bajo la intriga directiva inicial de un criminal a cuya extorsión económica no cedí, un traidor a su y mi Sangre, hombre nigromante, renegado del Arianismo y tornádose enemigo radical del arquetipo  «Lohengrin», un pesetero hipócrita, extorsionador, calumniador, puritano para los otros y guarrísimo carnalísimo libertino para él y las vulvas que se buscó, paseando, cogido del brazo, en público, a su amante, adúltera como él, y como su cómplice hacía  – íntimo amigo suyo, comilitón fantasmónpseudofalangista  –  con su «eterna» concubina, paseándola, también del brazo, en público,  por el centro de Sevilla, y alardeando de que la monta cuando quiere en su hediondo cubil. O sea, mi reacción ha crecido exponencialmente desde que esa gentuza, dirigida por «El Pelele» como lo llamaba, de mote, mi madre q. e. p. d., me afrentó, conspiró y atentó contra mi Sacerdocio y sacralidad personal Sacerdotal,  ataque que consumó luego, debido a no ceder yo a la extorsión peleliana de que yo diera, a ese infecto, uno o medio predio de mi propiedad. Al no acceder a la extorsión, los sediciosos entregaron su pócima, muy hipócritamente guarra, al Arzobispado de Sevilla, que hizo diligencias pseudoficiales a mis espaldas, incluso interrogatorios a presuntos testigos mayores de edad, sin dárseme parte de ello, ni, por ende, la oportunidad de que estuviera presente un mi abogado. Trasladó el Arzobispado, antes, a Chema, el caso, y Chema a Mar y Müller. Todos ellos atentaron enseguida  premeditada, alevosa y gravísimamente contra mí honor, conculcaron todo Derecho Natural aplicado y toda ley, en mi respecto, desde la penal española, la civil, la internacional de «Derechos Humanos», en lo que contiene (poco) de recepción de Derecho Natural, hasta la Ley Canónica, con el mismo efecto práctico si se toma el CIC de 1917, como si se coge el así denominado de 1983 ; los potentados «clérigos» aprovecharon la intriga, se sumaron a ella, la potenciaron, e infringieron, como he dicho, gravísimamente, el Derecho Divino, el Eclesiástico, el estatal penal español, y el civil del derecho al honor y la justa fama, se use, o se prescinda, de las abominables descabelladas  antitradicionalistas llamadas «Normae de gravioribus delictis,…», con diabólica ilegal retroactividad, o sin ella, si bien se usó, absolutamente «contra jus», y contra mi Derecho, mi Persona y mi honra de cualidad de Clérigo, retroactividad de esa «ley» penal canónica, según la terminología técnica de que se han apropiado católicos sólo de nombre y no más que de apariencia, parásitos del título y poder material de los cargos canónicos externos que ostentaban, como los dos hombres réprovos de la Curia Romana que me atacaron y agraviaron (El Cardenal Muller y Monseñor Mar), resultando repentinamente cesados poco después por «el Papa Francisco», como es común llamarle y es de su agrado. Cuando tan insólito sumo atentado se consumó, escapando, al final, íntegros mi Sacerdocio Sacramental y mi Clerecia o consagración jurídicamente vigente por razón de mi Ordenación «in Sacris», y no hubo ni ha habido ninguna ejecución de pena canónica, pero con la expedición de un decreto condenatoria curial Romano firme, pseudocatólico nulo y, no obstante, aparentemente oficial, aunque infamante de hecho, mas con enorme escandalosa injusticia y responsabilidad penal moral en sumo grado en qee incurrieron todos los acusadores, «el toro o Uro» enrojeció de indignación y arremetió con toda su furia contra ese mundo asqueroso «semítico«, anticlásicista, antiario, antinórdicoario, antieuetnista, antitradicionalista, antifascista/antinacionalsocialista, de infecciosa mente revolucionaria o de la Izquierda de suyo  infernal, una secta anticatólica encubierta, antiartística y antisublime. Empecé a publicar artículos «incendiarios», masivamente, cosa que no había hecho, ni me había propuesto, ni imaginado siquiera, antes de los últimos meses de un proceso de escritura comenzado por mí, en perfecta venganza sagrada, desde Octubre de 2013. Nunca antes había publicado cosa alguna, salvo en la Revista «Fuerza Nueva» un recopilatorio de frases del Caudillo, alguna de éstas de guerra diplomática y aparente viraje político, y, en otra ocasión, un artículo en el diario El Alcázar, contra Monseñor Iniesta, cuya herejía manifiesta, llamada «tradicionalismo teológico», la cuál afirma que la Razón, sin la inspiración del Cristianismo, es incapaz de demostrar la existencia de Dios, réfuté con condenas dogmáticas pontificias, Magisterio solemne de la Iglesia.

Desde el gran monstruoso embate de la Izquierda pseudocatólica, implicados individuos de falsa Derecha, desde tan insólito suceso causados por hipócritas puritanos traidores, en connivencia con El Enemigo, y durante mis consiguientes combates contra la calumnia e injusticia profunda y obvia cometida por Chema y los dos malvados del supremo dicasterio romano, me revolví «rabiosa, desafiantemente» contra el puritanismo, sobre todo de hipócritas carnales para sí y puritanos contra las vidas ajenas, bien pagados de  carnalidades propias y abundantes, a placer, de gentuza llena de doblez o hipocresía, o sea gente libertina en sus vidas privadas, y a la vez puritana contra los demás. He escrito desde entonces con  exactitud y radicalidad jamás antes vistas, ni leídas. De aquellos dos compinches de respectivas vulvas extrañas sacadas a paseo y frente al público, confesadamente montadas, uno fue jefe de centuria de. F. N. y el otro jefe de una escuadra de esa centuria, ambas de la denominada «Sección C» de Fuerza Nueva hispalense, hacia 1976. Después se metieron en la hispalense Falange y de las JONS, de Don Abelardo Linares y Muñoz», luego uno se ausentó muy entretenido en su nigromancia, y el otro fue a presidir una secta pseudofalangista en Sevilla capital nada más, y digo «nada más», porque era Sevilla y su Provincia, pero ¿Viajar a pueblos? Como que nó; el haragán se quedaba en su pisito de «gallinero» , a la vez «nidito de amor prohibido» con metedura de mano, y más, en vulvas carnosas interdictas, teniendo, como su compinche, a disposición, la hembra de su gusto con la que poder hacer de todo en materia carnal, bien desnuditos, mientras se rasgaban las vestiduras ante mi defensa del desnudo de fines intencionales estéticos puros. ¡Hipócritas! ¡Aparentadores! ¡Falsos «puros»! ¡Fornicadores ! ¡Adúltero y semejantes! ¡Dirigid vuestra asquerosa atención a vuestros repulsivos genitales, a vuestro deber al respecto, a qué hacéis con vuestros bajos vientres y anos, y piés y manos, y dejad en paz al prójimo!. «Scherza coi fanti, e lascia stare i Santi». Menos me han agredido los ateos y comunistas que estos traidores a su Sangre, al sublime deario de Derecha, y a la amistad que truncó la perfidia, avaricia y envidia de ellos, pestilentes intrigantes. Traidores; como con Ciro, César, Roderik, Fernando VII recién llegado y Rey Absoluto (traición de Riego), de tal guisa deshonrosa adviene, por influjo diabolico, en un sin fin de casos. Semejantemente hacen los mahometanos, abyectos sarracenos hipócritas, que, escandalizados por lo que llaman depravación sexual de Occidente e «infieles» laxos en  carnalidades, yacen  con varias mujeres, con las que hacen de todo por delante, por detrás, y quizás, o pudiendo, hasta por las orejas. Es muy cómodo criticar a otros que actúan abiertamente, criticarlos por lo mismo o peor que los criticones semitas o semitizados  hacen en sus alcobas, con varias mujeres, una por una, o quién sabe si todas a la vez,  con toda, escondida, libertad práctica de guarradas. Y desde tiempos inmemoriales, como en aquellos históricos de Abderramán y San Pelagio, y como en los del Conde De Gobineau, que lo cuenta en si correspondencia con Tocqueville, se pagan de vergas, como de vulvas.

El remitente de aquellos correos electrónicos no se identificó, pero su jefecillo  – que ya estaba muy molesto conmigo por censurarle pereza al grupo, demasiado poca actividad e irrelevante –  arremolinó en torno a sí a su coro de adeptos y afectos, y todos a una, como cobardes  lobos en manada (más bien manadita de cuatro gatos) le plantearon al Jefe Nacional que o ellos, o yo, según me reveló el propio Don José Luis, un poco contristado, el cuál  sabe perfectamente que jamás le llegó alguien entonces afirmando carnalidad mía  ni en acto, ni en propuesta. Me sentó mal lo que hicieron esos guarros, los más guarros del mundo (Cf. https://ricardodepereablog.wordpress.com/2019/03/09/los-mas-guarros-del-mundo-y-mas-que-guarros-en-el-genero-de-suciedad-mental-los-puritanos-apuritanados-talmudistas-y-mahometanos-tipo-taliban-y-estado-islamico-cronicas-antipurotanas-iii/  ), pero dimití, porque hice mías las razones prácticas políticas del Jefe Nacional argumentando que no era bueno hubiese desbandada en ese grupo de jóvenes, por lo demás minúsculo («cuatro gatos»), y nuestros enemigos podían sacar partido injusto del episodio, fácilmente tergiversable.

En efecto, la actividad de esos fantasmones (salvo pocos excelentes jovenzuelos) era casi nula, se reunían una o dos veces al año con el Jefe Nacional, en la sala de recepción del hotel donde se hospedase Don José Luis, charlaban un rato de «doctrina Nacional», se hacían fotos con banderas e insignias, alguna comparecencia ridícula el 12 de Octubre y…. y…  sanseacabó. Pretendí que en el ateneo militar hispalense, en el salón en una de cuyas paredes  se ven colgados un bellísimo morrion con relieves artísticos, y unas picas cruzadas, objetos de los antiguos Tercios españoles,  acudiesen los jóvenes de AJE hispalense a oír conferencias, por lo pronto las mías, y a establecer un programa de actividades que yo pensaba sería bueno fuesen por lo menos mensuales. Acudía uno o dos, y otras veces nadie. Lo juzgué frustrante, lamentable, y así lo hice notar al a la sazón jefe local de AJE. El caso es que permitían hacía sí mismos  halagos, no críticas, y conmigo eso es motivo de separación . Si encima se enfadaban y defendían su conducta de excasísima actividad, la secesión era cosa hecha.

Me sucedió pues, algo parecido a mi enfrentamiento con alias Valmadián, que no tiene reaños para salir, en público, de su anonimato, y pone estúpidas excusas para justificarlo. A continuación fue excluida mi persona, del sectario «foro»*

[* me disgusta enormemente se utilice esa palabra para semejante «corral de gusanera ponzoñosa» ]

hispanismo.org. permaneciendo  mis intervenciones escritas, pero plagadas de erratas que no puede corregir luego, por impedírseme el acceso a mis textos publicados en dicha plataforma digital. El presunto moderador, con gran descaro, me bloqueó alegando : «Motivo: pornógrafo. Fecha de reinserción [o algo parecido] : Nunca.»  Me acordé entonces, de su madre y algo más. Y ruego a ella me disculpe, porque será muy buena, pero él es un hijo de… . Cf. https://ricardodepereablog.wordpress.com/2019/01/21/el-sectario-y-pseudotradicionalista-falso-carlista-antihispanico-enemigo-de-la-antigua-santa-inquisicion-limpieza-de-sangre-y-excelencia-de-los-linajes-espanoles-asi-como-de-la-valia-y-honra-de-l/

 «I veri motivi non si dicono mai», pero, mira por dónde, procuro queden al descubierto. No, no era la escandalera apuritanada «i veri motivi».  Los verdaderos púsolos indudablemente de manifiesto, con suma claridad y exclusividad, se nota que sin querer, el propio Valmadián, confesando, por un escrito a mi Gmail, que mi intervención en ese «foro» era intolerable por mi euetnismo, es decir, mi «Racismo» en el sentido no moderno del término, sino Tradicionalista, o sea, sin nota de odio en el concepto definitorio de la idea expresada por el vocablo. Refuté la falaz posición valmadiánica en uno de mis blogs, y me despaché de lo lindo contra el apuritanamiento anticatólico del adversario  y sus comilitones (Cf. https://ricardodepereablog.wordpress.com/2019/02/02/carta-casi-integra-que-alias-valmadian-a-traves-del-sistema-digital-del-foro-llamado-hispanismo-org-me-envio-con-caracter-privado-al-cual-me-opuse-a-mi-correo-electronico/ ) .

Miembro del Movimiento Católico Español, sin sujeción a disciplina alguna de partido político lo sigo siendo, aunque, tras la jubilación laboral de Don José Luis, y debido a las absorbentes vicisitudes de mi vida estos últimos largos años, apenas he tenido conversación con él, ni con la honradisima bellísima persona, guapísima Señora Presidenta del MCE hispalense, Doña Francisca, conocidísima como «Curra» en toda España, mujer admiradora ferviente del Caudillo y extraordinariamente diligente, trabajadora, madre de muchos hijos de ella y Usía, mi Coronel del Arma de Artillería, su Señor esposo. Es también abuela amantisima de muchos nietos que atiende con gran solicitud, mujer de gran corazón con los Camaradas, amable con todos, perfectamente racional, pragmática, y antipuritana, muy católica, generosa, sacrificada,  inteligente y sagaz, campechana, grandísima amiga mía. A su excelente marido Usía y a ella les profeso profundo cariño, como ellos a mi, y todos nosotros tenemos al Ilm°. Señor Don José Luis Corral en la más alta estima ideológica y más  profundo aprecio personal. Nuestro bondadoso y extremadamente racional y honesto Jefe nos ha honrado siempre con su verbo sapiente y su generosa amistad y constante apoyo católico, compatriota, moral y político, y muchas veces con personales socorros personales cada vez que nos hemos dirigido a su Católica persona. Sus escritos son muy instructivos y este Correligionario y Camarada  honorable  constituye un ejemplo de valentía y diligente actividad en toda España, por la causa Santa del Movimiento Nacional, especialmente en su etapa más libre y desembadazada, la de FET y de las JONS, con eminentes epígonos como el Capitán General de la Armada y Duque de Carrero, y el Señor Don Blas Piñar y López. No condivido todas y cada una de las opiniones de unos u otros, pero ni él, ni yo, somos  sectarios, «in dubiis libertas».

Ricardo de Perea y González, Presbítero.

Vale, frente común, sin sectarismo, pero mi ideario es integral y no admite mediocridades. Cf. http://terciosaguilar.blogspot.com/2013/10/fiesta-por-la-unidad-hispanica-y-europea.html?m=1

3 respuestas a «El Padre Ricardo de Perea y González, su nombramiento (por el Jefe Nacional) como Director Espiritual del Movimiento Católico Español y su «Asociacion Juvenil Española» en su sección hispalense, oficio ejercido desde principios de siglo hasta el 2007, la dimisión del cargo presentada y aceptada por el Jefe Nacional, y los verdaderos motivos de ella. Ampliado, enmendado y corregido de algunas erratas el 20 de Noviembre de 2020 y 31 de Marzo de 2022.»

  1. He intentado establecer contacto con el padre Ricardo de Perea que cuando él era un niño de doce años y yo un joven recién licenciado le di clase en el colegio de los maristas de Sevilla y es un alumno que me pareció muy singular y nunca olvidé. Dejo mi dirección de correo electrónico por si tiene a bien escribirme

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    1. Con tan pocos datos se pretende que no aparezca, sin dificultad, de quién se trata. ¿Profesor de qué?.
      Extraño mensaje. Generalmente no es difícil ha llame, por desgracia.
      El único profesor que tuve laico fue el de gimnasia, asignatura que nunca fue mi preferida, y con él no tuve contacto personal, sino oficial común ordinario, y siemore dentro de las clases. No tuve conversaciones con él, y su persona me era indiferente. No era severo, ni laxo. Buen profesional y anodino.Nunca he conservado, que yo sepa, recuerdos de él, no gratos, ni ingratos. No me agradaba hacer gimnasia. Desde luego menos antipática que las matemáticas, en las que tuve buenas notas sólo en el cuarto curso de Bachillerato, gracias a un profesor particular que me puso mi padre, un maestro jubilado, de instituto, muy ameno y eficaz.
      No ha dejado, el remitente, dirección de Correo.
      Me ha sorprendido hallar un comentario, pues los tengo impedidos, o eso creía yo.
      ¿»Muy singular»? ¿Notorio? Rotundamente no, ni «muy», ni destacable en nada. A mis 12 años no tenía yo singularidad alguna, que yo sepa. Más aún, mi año 12 fue uno de aquellos en que he sido más normal, en toda la vida que llevo, salvo por el hecho de que fue el peor curso que hice, tánto que hube de repetirlo.
      Tendrá, el tal Vázquez, tendría más antiguos alumnos,ahora, ancianos, de entre 65 y 66 años. No tiene sentido ni lo de muy, ni lo de singular, ni qué sería concretamente mi singularidad, ni por qué elige este medio de WordPress, ni por qué no responde. Indicios que inducen a sospecha de que se trata de una treta.
      Lo más ambiguo que hay es el término «singular». Y este acaecimlento también lo es, y puede que lo sea si madre, y su abuela, y toda su casta.
      No fuí singular, pero sí soy singular, «singulus», individuo, lo más parecido a Dios es lo individual, lo singular, lo personal, pero lo más importante es el espíritu como tal, principio de individuación, vida, conformación, unidad del cuerpo, y necesario regimiento y organización u orden unitario del cuerpo. Todos tenemos singularidad en ese sentido, a imagen y semejanza de Dios.
      Cordial saludo.

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    2. Por cierto, se ha colado alguna errata, como casi siempre.

      He releído mi propio artículo. Está escrito bajo una indignación muy fuerte, y viva ferocidad. Sigo siendo incisivo, pero no tan explícito.

      Hoy habría escrito eso, pero de otra manera, y habría dejado fuera el suceso de la intriga de los clérigos «antifascistas».

      Los verdaderos motivos directos en el episodio del MCE, fueron mi oposición a la desidia e inactividad, y la defensa del Arte Renacentista.

      Pero ¿Qué podía ser tan importante en aquel círculo de cuatro gatos dispersos, en torno a un tema tan particular? ¿Algo personal? ¿Qué?.

      El caso es que lo que se alegó como grave o determinante fue la patraña de mi impostura en la firma de aquel artículo mío, como si yo hubiese habido menester el nombre de aquel grupito, y no me hubiese más que bastado mis propios nombre y firma.

      Si el. Jefe Nacional decía que poner AJE bajo el artículo, ¿Cómo podía prosperar que se hubiese continuado imputándome un acto tan demostradamente ajeno a mí?.

      «Por las fisuras de los edificios oficiales, se filtra la verdad oficiosa, contra la media o nula
      verdad».

      En realidad aquello importa un bledo, no se hacia caso nada en AJE, un pantano de nada.

      Lo malo es que el probable judío Mar dijp, en su libelo de calumnias e imputaciones delictivas falsas, que yo enseñaba en conferencias, a una asociación de jóvenes que no recuerdo qué obscenidades eran buenas, no me acuerdo de cuáles decía ese semítico bien malo:

      Monsergas, nada de hechos concretos y certificados, nada de probanzas ni mostradas, ni en juicio, ni practicadas ante mí..

      Puro método mafioso, y de asqueroso recurso a la cerne maloliente.

      Los verdaderos motivos de la conspiración de aquellos clérigos se reducían a mi Integrismo en Doctrina católica… y teología y filosofía políticas.

      Mi admiración por D. Juán Vázquez de Mella y el Sociedalismo, pero, sobre todo, algunas celebraciones mías de la Santa Misa en Rito Romano Tradicional, desencadenaron la búsqueda de pretextos para no dar permiso positivo a mi «ingreso definitivo» en el Cuerpo de la Capellanía Castrense del E. A. .

      Y mi censura al Padre Artadi, por su defensa del aborto en un primer tiempo tras la concepción, determinó mi no renovación de missio canonica para mi oficio de párroco personal de la M.C.E. De Frauenfeld.

      Más atrás, cuando ya me había despedido para siempre del Seminario de Toledo, y me iba a Roma, con autorización del Cardenal Bueno, mi madre q. e. p. d. recibió una carta del rector, que sabía que me había despedido yo solo, en la que escribía que había deterrninado que no ingresase yo en el siguiente curso en su seminario, y alegaba «por sus filias tomistas» («sic»), o sea, por mi tomisno, el de un adolescente de desde los 17 a los 19 años de edad, menudo tomista (!).

      Como el Cardenal Primado dijo, años después, a Mons.Dr. Guerra, que en paz descansen, que podía acogerme y ordenarme sin reservas, lo hizo, en buena hora.

      Toda mi vida, en ambientes eclesiásticos: Persecución.

      El enemigo siempre preferirá pretextos a razones, cuando éstas son malvadas e inconfesables.

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